CARLOS NINE: Prints of the West

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La editorial francesa Rackham ha publicado las Print of the West de Carlos Nine.

Quién mas, quién menos, todos los dibujantes argentinos de nuestra generación tuvimos una época Nine (¿O tenemos? ¿O tendremos?) Algunos hablan de "relaciones carnales" con su trabajo, otros dicen haberse ido de Argentina "escapándole a su sombra". Por mi lado hace rato que dejé de hacerme preguntas ; me marcó como a todos. "Todo lo que uno come lo termina cagando de alguna manera", me dijo Luis Scafati una vez con razón, sobre todo en lo irónico de la sentencia.
Carlos Nine ha sido más que una influencia en nuestro país: fué como un maremoto que arrastró todo y dejó un tendal de miserias al aire. Muchos dibujantes y admiradores, entre los que me cuento, lo hemos sufrido mas que disfrutarlo: como dice Crist, ver sus trabajos les dan a uno ganas de dedicarse a otra cosa. Y sin embargo, sigue dibujando.
Cada vez que veía un dibujo suyo en algun diario o revista me amargaba. Recuerdo un viaje de Mendoza a Buenos Aires con Malaño, en el 1996 o 1997, para ver una muestra de en el Centro Recoleta. Estabamos petrificados. Salimos a uno de esos patios del Recoleta, nos sentamos y nos quedamos mudos. ¿Eso era ser dibujante? Cagamos, hermano.

Otra cosa: Carlos captó algo indiciblemente argentino en sus dibujos, un espíritu argentino y sobre todo porteño, donde se cruza la historia del arte y el humor, la cultura popular y la alta. Como Molina Campos o Divito, creó un nuevo tipo argentino.
Mas allá de la admiración, rescato también el trabajo didáctico de Carlos: nos abrió la cabeza a otras cosas, cuando en cada charla insistía en que había que mirar a los pintores clásicos, que había que estudiar a Vermeer, a Molina Campos, etc. Vaya un abrazo y un agradecimiento desde acá.

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