Ludwig Meidner, dibujos y grabados


"Hay que saber tomar. Siempre hay una botella de ron sobre mi mesa de luz. Un pintor debe comer mucho. Así tiene inspiraciones brueghelianas. Muchas locuras suben desde el vientre lleno. Hay que reirse como un proletario, sonarse los mocos estruendósamente, insultar con mucha vulgaridad. También es bueno asomarse a la ventana y gritarle obsenidades a la luna. Después de todo eso, te debes desgastar trabajando, pintor. Acércate de un violento golpe al caballete. No te preocupes ni de las escuelas, las modas y las ideas preconcebidas, ni de las charlas de café. Del fondo de tu alma, pinta tu propia tristeza, toda tu impiedad y toda tu santidad."
Ludwig Meidner, En mi espalda, el océano de estrellas, 1918, Leipzig.



Cuelgo estos dibujos y grabados del pintor expresionista Ludwig Meidner (Alemania, 1884-1966), porque es la parte de su obra que más me gusta. Hay una gran verdad en estos retratos, algo que sus pinturas expresionistas no logran. Tu, dibujante, no tienes derecho a mentir, dice Meidner. En esa serie de retratos desfilan poetas y rabinos, familiares, y muchos artistas de entreguerra, expresionistas o dadaístas. Los textos provienen del libro Im Nacken das sternemeer (En mi espalda, el océano de estrellas), que Meidner escribió durante la guerra y que publicó en Leipzig en 1918. Mi traducción es bastante aproximativa, claro, porque la hice de la versión francesa.
S.A.

"Al contrario de esos pobres locos impresionistas que andaban saltando en los jardines en busca de un matiz de color, nosotros somos puro fuego y llamas, no de la manera descocida y desenfrenada en que lo eran los románticos, sino de manera rigurosa, toda en tensión y melodía."

"¡Cuando pienso en los poderosos dibujantes de los siglos pasados! Aquellos sinverguenzas bien parados sobre sus piernas abiertas, sin miedo ni neurasténia! Cuando pienso en mi cabezota a un Bosch van Aken, un Brueghel, un Callot o a aquel pícaro de Hogarth! Y luego bajá la voz y hablá con respeto cuando piensas en tus propios compatriotas, ¡los Schongauer, Durero, Altdorfer y Urs Graf!
Cuánto han realizado, esos dioses de hombres! Un mundo lleno de historias y eventos curiosos, enigmáticos, locos, satánicos y sagrados. ¡Y cómo todo es claro y seguro! ¡Y cómo creyéron en lo que hacían!"

"Hay que ponerse manos a la obra con un instrumento puntudo; una pluma puntuda, una aguja peligrosa o un grafito duro. Tú, dibujante, tu no tiénes derecho a descuidar tu dibujo o mentir. Tus trazos deben surgir del interior de tí mismo. Denes tener un viento del infierno en tus nervios. Tú, loco de la luna, tu sangre debe ser un mar en ebullición."

"Siempre hemos querido el dibujo, nosotros los humanos irracionales, jugadores, exaltados. Desde la infancia tierna de los pueblos prehistóricos —hasta Kokoschka y Hermann Huber, del estilo riguroso de Rafael— hasta los garabatos pornográficos de nuestros urinarios.
Dibujar nos vuelve sanos, contentos y piadosos.
Siempre estoy sólo. Ninguna chica me ama. Ningúna mujer quiere acostarse conmigo. Ningún amigo quiere estar conmigo. No tengo ni casa ni patria ; soy pobre, rechazado y detestado...pero tengo derecho a dibujar, a expresarme libremente, a jugar con el amor de Dios sobre el fondo palpitante de una superficie caliente, a jubilar con el lápiz en la mano, cantar, rezar y alabar su bondad infinita."
Ludwig Meidner, En mi espalda, el océano de estrellas, 1918, Leipzig.











Comments

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Bob Row said…
"Hay que ponerse manos a la obra con un instrumento puntudo; una pluma puntuda, una aguja peligrosa o un grafito duro. Tú, dibujante, tu no tiénes derecho a descuidar tu dibujo o mentir."
¡Las horas que me tuvo el maestro Aurelio Macchi dibujando con un lápiz 2H sobre un duro papel de escenografía! Cada sombreado debía seguir fielmente la dirección de la piel de la modelo con infinitos trazos. Un gran ejercicio; pero terminaba sediento de una carbonilla piadosa, como si viniera de atravesar el desierto.